Presidenta argentina ordena suspender vuelos de Aerolíneas

Por medio de una orden de la misma presidencia argentina de suspender los vuelos internacionales de Aerolineas Argentinas, miles de pasajeros quedaron varados en el aeropuerto internacional de Ezeiza, intensificandose así el conflicto que se mantiene con el gremio sindical de la línea aérea gubernamental…

Por medio de una orden de la misma presidencia argentina de suspender los vuelos internacionales de Aerolineas Argentinas, miles de pasajeros quedaron varados en el aeropuerto internacional de Ezeiza, intensificandose así el conflicto que se mantiene con el gremio sindical de la línea aérea gubernamental.

Según publica lanacion.com.ar el Gobierno suspendió la noche del sábado los vuelos internacionales de Aerolíneas Argentinas que partían o llegaban al aeropuerto de Ezeiza y que estaban programados por el conflicto gremial que la empresa aérea mantiene con el gremio del personal técnico.

De esa manera miles de pasajeros quedaron varados por la medida, que alcanzó a las partidas y arribos de Roma (Italia), Barcelona y Madrid (España), Miami (Estados Unidos), Bogotá (Colombia), Caracas (Venezuela), Sydney (Australia) y México.

El sorpresivo anuncio fue realizado por el secretario de Transporte de la Nación, Juan Pablo Schiavi, quien aseguró que la decisión fue de la presidenta Cristina Kirchner.

Denunció «paros encubiertos» por parte de la Asociación de Personal Técnico Aeronáutico, que lidera el sindicalista Ricardo Cirielli. El funcionario denunció además, que la medida es «rayana con un sabotaje«, ya que el Ministerio de Trabajo dictó una conciliación obligatoria en ese conflicto hace 48 horas.

«No puede ser que 600 personas se hayan quedado sin volar. Pedimos las disculpas del caso y que los pasajeros tengan paciencia y se comuniquen con la empresa que va a tratar de reprogramar su vuelos con otras compañías. Esto nos reporta un enorme perjuicio que será debidamente denunciado», dijo Schiavi.

Aerolíneas Argentinas había emitido un comunicado en el que explicó: «Debido a las salvajes medidas de fuerza encubiertas que vienen realizando los dirigentes de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico, sin que se registren reclamos gremiales concretos, la compañía ha debido suspender sus vuelos internacionales.

Ante esta medida, que afecta a cientos de pasajeros y los convierte en rehenes del gremio liderado por Ricardo Cirielli, Aerolíneas Argentinas iniciará de inmediato acciones legales«.

En rigor, el conflicto con APTA había comenzado hace 48 horas en el Aeroparque. Aunque los primeros inconvenientes se explicaron por la presencia de cenizas volcánicas que afectaron los vuelos hacia algunas regiones del país, luego unos 150 vuelos fueron cancelados.

Según se informó, el Ministerio de Trabajo había dictado la conciliación obligatoria por 15 días frente a las medidas de fuerza de los controladores aéreos, nucleados en la Asociación Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación (Atepsa).

Los problemas que surgieron en por lo menos tres vuelos internacionales están relacionados con la aptitud técnica de los aparatos para volar. Sin esos chequeos, que debe hacer el personal técnico, no son aprobados los vuelos. Esta es la maniobra que denunciaba anoche el Gobierno.

Estas acusaciones fueron desmentidas anoche por el propio Cirielli, quien fue subsecretario de Transporte Aerocomercial durante el gobierno de Néstor Kirchner.

«Schiavi y Recalde mienten para encubrir explicaciones de dónde están los 2100 millones de dólares que ingresaron en Aerolíneas y que, al menos en el área técnica, no se ven. No hicieron hangares, bancos de prueba de electrónica ni para reparación de motores.

Es falso que haya una medida de fuerza encubierta. Hay aviones fuera de servicio por responsabilidad empresaria, pues tenían los trenes de aterrizaje vencidos. Falta personal habilitado en los turnos.

Somos civil y penalmente responsables. Inclusive hoy se presionó a técnicos para que sacaran los aviones por debajo de las medidas de seguridad«, denunció Cirielli a La Nación.