“La gastronomía dominicana debe reinventarse para poder competir”

República Dominicana tiene gran potencial para competir en el mundo de la gastronomía sin embargo para lograr impulsar la identidad es necesario reinventarse, utilizar todos los recursos, así lo expresó la chef dominicana María Marte.

“Para lograr que la gastronomía del país se posicione hay que hacer que los productos criollos tengan más protagonismo”, agregó.

Indicó que no es renunciar a los platos tradicionales, si no que se utilice la imaginación para que además sean inspiración visual. “Nuestra tierra es rica, tenemos ingredientes y frutas tropicales que son una bendición y debemos sacarles partido. El ajo, orégano, cilantro ancho, chocolate, yuca y plátano ofrecen mucho”.

Explicó que para que el país pueda logar ser referencia mundial es vital que se unan todos los sectores de la cocina, utilizando los insumos del país, “pues darán mucho de qué hablar”, dijo.

La chef, que ha logrado mantener dos estrellas Michelín al restaurante Club Allard, aseguró que con el interés de todos los sectores del país se puede cumplir la meta de elevar el turismo a diez millones de visitantes y dar a conocer la nación como un destino gastronómico. Además reconoció que “todos están luchando para lograr que los dominicanos seamos gastronomía”, según publica el Dia.

Afirmó que los maestros de gastronomía tienen un gran compromiso con los jóvenes a través de la formación que deben darles para que desarrollen su creatividad y puedan innovar con los ingredientes criollos.

“En el país no hay un lugar que venda solo comida criolla que sea referencia social y turística de nuestras costumbres. Para que continuemos avanzando debemos seguir invirtiendo en el sector. Se requiere un trabajo de concienciación para vender un sello de calidad para que se distinga como alta cocina”, dijo.

Actualmente Marte, quien regresó al país con la finalidad de guiar a mujeres de escasos recursos a conseguir mejor estilo de vida, reside en Jarabacoa, dentro de sus planes está seguir aportando a su comunidad dando apoyo a la escuela Serranía de Jarabacoa, en donde entregó la parte de la dotación del Premio Eckart Witzigmann a la Innovación que ganó en Madrid.

Además contó que está apoyando un programa de protección de plantas comestibles, autóctonas, que están en peligro de extinción.