Puerto Plata despierta del letargo

Los días de enfriamiento de Puerto Plata parecen haber llegado a su fin, o por lo menos ha iniciado el principio del fin de ese letargo que la había dejado a años luz de Punta Cana.

Es cierto que falta mucho camino por recorrer para otorgarle a la novia del Atlántico un lugar más preponderante en las aspiraciones de atraer a República Dominicana 10 millones de visitantes por año.

La recuperación de la gloria que exhibía este destino hace décadas no es una opción, más bien una meta que exige premura a quienes tienen sobre sus hombros el diseño y ejecución de la política turística nacional.

Ese despertar del turismo norteño se gestó hace varios años, cuando los sectores público y privado decidieron reavivar el turismo de Puerto Plata, incrementando la tasa de ocupación, motivar a los inversores desanimados y estimular nuevas inversiones.

No temo a equivocarme al afirmar que la inversión en el puerto ha sido la decisión más acertada dentro de las medidas para reactivar el destino. Esos cruceristas han inyectado un optimismo que hacía años no se sentía en la costa norte. Y no es para menos, pues las cifras no se pueden ignorar.

Solo para este año, las proyecciones de cruceristas son de 700,000, muy por encima de los 500,000 turistas que se espera arribarán en 2018.

Otra gran noticia ha sido la compra de los hoteles Bachata y Merengue por la marca española Senators, adquisición que promete la inyección de nuevos bríos para el destino, estimulando la competencia y los efectos positivos que esta puede generar.

Esperemos a que este ascenso de Puerto Plata no se detenga y que sepa aprovechar sus atractivos únicos, como su encantadora ciudad acariciada por el mar y la montaña, su emblemático teleférico o sus playas idóneas para deportes acuáticos.