El Ferry: turismo por mar y tierra

Cuando se habla de viajar para un país es probable que lo primero que llegue a tu mente sea la palabra “avión”, pero ¿Qué pasaría si desde República Dominicana llegaras a Puerto Rico en 12 horas y no en 45 minutos? Eso es posible a bordo de un barco de la empresa America Cruise Ferries.

Dicen que lo importante de un viaje es el trayecto, por lo cual pensarás que sería tedioso y no disfrutarías del camino. Sin embargo, algunas personas, amantes de la naturaleza, experimentan un itinerario marítimo para conocer otros países.

A bordo del ferry, me fui a Puerto Rico, y la experiencia ha sido de ensueño. Los jóvenes, por lo regular, acostumbran a vivir cada momento con intensidad, esta no fue la excepción.

A las 7:00 de la noche comenzó la aventura desde el Puerto Sansouci. A bordo del “minicrucero” es posible ver la ciudad desde otra perspectiva. Un Malecón hermoso, monumentos que hablan de nuestra historia, y una zona antigua que puede llevar a quien la observa a aquellos tiempos de nuestros ancestros. Una vez en el interior del barco, llama la atención ver a familias felices, personas que viajan solas, y una tripulación que sube y baja en busca de ofrecer un buen servicio. Apreciar cómo poco a poco República Dominicana se ve más alejada, también es impresionante.

Aquí los dominicanos, los puertorriqueños y los ciudadanos de otras naciones que usan el barco como modo de transporte y diversión para conocer a ambos lugares, se unen para dialogar mientras el viento y el atardecer se adueñan de sus risas y anécdotas.

El anochecer no abre paso a que los pasajeros a bordo vayan a su cabina para tomar una siesta, pues llega el momento de tomar una ducha e ir a cenar a unos de los restaurantes del ferry para luego disfrutar del bar, la discoteca y los espectáculos.

Los niños también contemplan la noche con las fiestas preparadas exclusivamente para ellos. El barco posee pasillos que recuerdan la reconocida película Titanic, dirigida y escrita por James Cameron, y a veces se suele sentir cómo las fuertes olas golpean el barco, pero, la seguridad del espacio no da motivo para que la mente transmita el miedo.

En este momento, solo se espera aprovechar al máximo lo que solo se vive una vez, ya que cada ocasión es especial. Y es que los que aman viajar por mar afirman que volar en avión representa una mayor rapidez, pero no les da la oportunidad de respirar aire fresco, lo que  valoran sin medidas.

El trayecto se inicia recorriendo La Isla del Encanto con unas gafas de sol y una mochila como únicas herramientas para complacerse con un viaje sin desperdicios. Empezando por San Juan y sus famosas cadenas de hoteles; el malecón, con sus calles limpias y organizadas forman parte de la vista hasta llegar al Viejo San Juan, una especie de Zona Colonial de República Dominicana.

En el Viejo San Juan, la compra de suvenires que reflejen la cultura boricua no se deja de lado. Las visitas al Morro, el Monumento a Cristóbal Colón, la galería de arte haitiano, las casas coloniales y la Catedral son la oportunidad perfecta para tomar fotografías bajo la lluvia de la mañana.

Después de un recorrido por los lugares emblemáticos de la isla, Plaza Las Américas es la siguiente opción para comprar, almorzar y seguir conociendo más sobre la cultura puertorriqueña.

Este espacio cuenta con más de 300 establecimientos, 13 salas de cine y más de 40 alternativas para comer. Al respecto, la directora de ventas de America Cruise Ferries en Puerto Rico, Patricia Collazo, asegura que la famosa plaza es el centro comercial más grande en el Caribe y el segundo de América Latina.

Este trayecto ha representado para miles de dominicanos una libertad para recorrer y observar la Isla del Encanto por mar y tierra sin límites para las aventuras.

Le recomiendo a quien desee conocer tanto a Puerto Rico como a República Dominicana, montarse al Caribbean Fantasy de America Cruise Ferries y ¡Vivir la diversión sin límites!