Gobierno quiere llevar 767 a Cabo Rojo

El gobierno dominicano está enfocado en impulsar el desarrollo turístico de la región Sur, y con ese propósito por delante está dando los pasos necesarios para que de una vez por todas lleguen a esa deprimida zona los proyectos turísticos que transformen el horizonte de un polo que hasta el momento no ha tenido la dicha de aprovechar los grandes atractivos naturales que posee.

Con un plan de ordenamiento territorial que promete el respeto al medio ambiente, se contempla desde el Estado la construcción de 4 mil habitaciones hoteleras en Pedernales, paralelamente se pondrá en marcha la ampliación del aeródromo de Cabo Rojo, con el objetivo de que pueda recibir, según ha trascendido, aviones de cuerpo ancho, como es el caso de los Boeing 767.

Es tan ambicioso el plan anunciado por el Gobierno que algunos han llegado a decir que la intención es levantar en el suroeste del país un proyecto turístico “similar al de Punta Cana”. Obviamente que para hacer ese titánico sueño realidad habrá que marchar de la mano con el sector privado.

Es razonable que si se está hablando de abrir complejos hoteleros en el sur profundo, también se quiera hacer una terminal aérea internacional que pueda atender la demanda que se espera se genere en esa zona, pero además resulta esencial el acondicionamiento de las vías terrestres que comunican a Barahona con Pedernales.

En todos estos planes de desarrollo del sur, un aspecto que aún no se tiene claro es qué se piensa hacer con el aeropuerto María Montez de Barahona, terminal de gran importancia para el desarrollo de esa región, pero que lamentablemente permanece con una operatividad mínima, por no decir nula.

Ojalá que los 767 lleguen no solo a Cabo Rojo, sino también a Barahona porque ciertamente proyectos como los anunciados por el gobierno, al igual que el complejo Puntarena, impulsado por Frank Rainieri en Baní, generarán la demanda de visitantes capaz de activar ambas terminales.