Velas encendidas por malecón apagado

Tener un malecón es una dicha que toda ciudad del mundo desea. Esto así, por el atractivo que representa y las actividades de ocio que estimula dicho espacio. Sin embargo, hay ciudades –y Puerto Plata es una de ellas- que por el descuido en temas tan esenciales como la iluminación, no logran sacarle el máximo provecho a estas instalaciones de esparcimiento.

Suena difícil de creer, pero es la triste realidad. Un grupo de puertoplateños ha tenido que protestar encendiendo cientos de velas ante la falta de iluminación del malecón de esa ciudad. De día es todo un festival de emociones y experiencias el que se vive desde el malecón de Puerto Plata, pero al caer la noche reina la oscuridad, como si se tratara de una película de suspenso.

Es precisamente de noche, cuando las personas que se pasan el día involucrados en actividades laborales, necesitan contar con un espacio en el cual poder hacer vida nocturna. Puerto Plata tiene la gran ventaja de contar con un malecón que no tiene nada que envidiarle a los que poseen otros países de la región, pero el desinterés de las autoridades municipales se comen el brillo del mismo.

La versión sustentada por las autoridades municipales de Puerto Plata frente a la falta de iluminación del malecón es que “los alambres de las lámparas fueron robados”, y así llevan tiempo justificando el abandono del que es víctima tan importante centro de recreación, generando además en esa zona un espacio propicio para los atracos y actos delictivos.

Alguien debe tomar la sartén por el mango. No basta con reconocer que urge cambiar el sombrío escenario que vive el malecón de Puerto Plata, sino que por el contrario, nunca se debió permitir que se llegara al lamentable panorama que envuelve al malecón.

Lo peor del caso es que todo esto sucede justamente en momentos en que Puerto Plata hace grandes esfuerzos a nivel promocional para fortalecerse como destino turístico. Ojalá que finalmente la luz disipe las densas tinieblas que cubren el malecón, y que haya la suficiente voluntad entre las autoridades para preservar tan significativo atractivo.