El IDAC y los controladores aéreos

El conflicto generado entre el Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC) y la  Asociación Dominicana de Controladores Aéreos (ADCA), que día a día parece agudizarse más, envía un mensaje de preocupación e incertidumbre a la industria turística del país, como resultado de la vinculación directa que existe entre el transporte aéreo y el turismo.

Tomando como base la suspensión por parte del IDAC de doce de sus miembros, la ADCA ha anunciado que realizará este miércoles una marcha y posteriormente hará un piquete en las instalaciones de los aeropuertos internacional de Las Américas y el de Punta Cana. Las suspensiones por 60 días a miembros de la ADCA, se debió supuestamente a que estos hicieron denuncias públicas en contra del IDAC.

En medio de este sombrío panorama, tanto el IDAC como la ADCA tienen la responsabilidad histórica de arribar a un diálogo razonable en el que se dejen de lado los interés particulares y prime el bienestar del país. Si bien es cierto que los controladores aéreos tienen todo el derecho de hacer valer sus demandas, no es menos cierto que de crearse un disturbio en los dos principales aeropuertos del país, se estaría lacerando la imagen turística de la nación dominicana.

Pese a todos los problemas que aún arrastra, la industria aérea dominicana ha logrado dar importantes pasos de avance en los últimos años, aspecto que debe estimular a seguir preservando el desarrollo de esta industria, y entender que el malestar ocasionado en la aviación afectaría directa e indirectamente a los principales renglones productivos de este destino caribeño.

La sensatez, la cordura y el buen entendimiento deben reinar en las diferencias que albergan el IDAC y la ADCA, pues superar las confrontaciones actuales, será siempre el mejor camino al que apostar. Con el regreso de la calma a estas instituciones, retornaría también la idea de que la industria aérea está en manos de personas que la valoran y protegen por sobre todas las cosas.