Cacería de estrellas

El titular de este comentario de seguro despertará la curiosidad de algunos de los internautas que siguen este portal.

Sí se trata de una cacería de estrellas y no de brujas, de lo que hablaremos en esta oportunidad. Resulta que una pareja de celebridades estadounidenses, por decidir libremente donde festejar a su antojo, se ha ganado el encono de dos personajes de la mafia anticubana de Miami.

La famosa cantante de pop Beyonce viajó como turista a Cuba, junto a su esposo, el rapero Jay- Z. Aunque se previó como una visita privada, ambas celebridades fueron “descubiertas” por sus fans cubanos, al desandar los artistas a su aire por plazas y avenidas de este destino.

Lugares como los alrededores del Hotel Saratoga, donde se alojaron, y arterias como la de Obispo, ambos sitios localizados en la concurrida Habana Vieja, fueron testigo de congregaciones de público, ávido por ver de cerca a las afamadas luminarias.

Beyonce y Jay-Z vinieron a La Habana en viaje de paseo- en compañía de ambas progenitoras-, para celebrar su primer lustro de matrimonio. Por sus rostros, siempre sonrientes, y algunas pocas frases trascendidas a la prensa es posible inferir que se sintieron bien a gusto.

A plena luz del día, aunque protegidos por gafas, ella, con su pelo recogido y vistosa en su sencillez, cámara en ristre; él, con bermuda, tenis, sombrero de moda y un portentoso habano en su boca.

Las instantáneas que circularon por la web los muestran saludando, incluso, desde los balcones de su hospedaje; tirando fotos y hasta bailando con los integrantes del colectivo infantil La Colmenita, Embajadores de Buena Voluntad de la UNICEF, quienes hicieron para ellos una actuación exclusiva.

Se retrataron con esos pequeños y con otros pioneros de una escuela cercana, también con miembros del grupo profesional Danza Contemporánea de Cuba; se les vio degustar la comida típica del patio en La Guarida, un restaurante privado de gran notoriedad, y tampoco faltaron a una cita con la Catedral de La Habana.

Hasta aquí todo parecía ir viento en popa, hasta que este domingo cables fechados en Washington refieren que dos legisladores cubano- estadounidenses del Partido Republicano pidieron información oficial sobre el reciente viaje a la Isla de la cantante y su esposo, sugiriendo que la pareja violó las restricciones para visitar este país.

Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz Balart, miembros de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, enviaron una carta a la oficina de control de activos extranjeros para solicitar información sobre el tipo de permiso que la pareja recibió para viajar a Cuba.

En la carta, Ros-Lehtinen y Díaz Balart hicieron hincapié en que las «restricciones a los viajes turísticos a Cuba son medidas de sentido común…”

Realmente, no entendemos a qué concepto de sentido común se refieren; pero lo que sí queda claro es que a esos dos personajes les picó el hecho de que ambas figuras del mundo del espectáculo se les antojase conocer la vecina ínsula prohibida y que a todas luces lo disfrutasen, en un aniversario más de su boda.

Esta visita fue una promoción gratis y resonante para el turismo del Destino Cuba, lo que personeros como los patrocinadores de la misiva inquisitoria no pueden admitirlo y por eso de inmediato dieron inicio a esta cacería de brujas contra las estrellas que decidieron pasarla bien donde se les vino en ganas.