Cultura culinaria
21 noviembre, 2011 Deja un comentario
Cuando se proyecta desarrollar el turismo de manera integral, las autoridades del sector en cada destino deben tomar en cuenta sus bondades y fortalezas; y también, porque no, aquellos aspectos en que aún urge afilar la puntería…
Cuando se proyecta desarrollar el turismo de manera integral, las autoridades del sector en cada destino deben tomar en cuenta sus bondades y fortalezas; y también, porque no, aquellos aspectos en que aún urge afilar la puntería.
Por lo general se destacan siempre las opciones para disfrutar del sol y la playa, de la naturaleza, la música y los deportes al aire libre… Espacio importante entre las prioridades se concede, por supuesto, al número de habitaciones y a la infraestructura extrahotelera.
Pero el caso es que el turismo es mucho más que cultura, tradición y divertimiento. Es también calidad en los servicios y una gastronomía capaz de combinar lo mejor de la oferta autóctona con los gustos- muy diversos, por cierto- de los clientes de las más disímiles nacionalidades.
Conscientes de tal necesidad recientemente sesionó en La Habana el II Encuentro de Rescate y Promoción de la Cultura Culinaria de Cuba, organizado por la compañía turística Habaguanex S.A., y la Oficina del Historiador de La Ciudad.
La iniciativa de traer otra vez a debate este tema aconteció como parte de las celebraciones por los 492 años de la fundación de la Villa San Cristóbal de La Habana, en muestra del papel concedido a los profesionales de la industria recreativa en cuanto a creación y desarrollo en los servicios culinarios.
Dar paso a platos nuevos, rescatar las más sabrosas formas de alimentarse, desempolvar los secretos de los dulces de la abuela, formas de comer olvidadas y recetas transferidas de padres a hijos, coparon el interés de los asistentes a esta reunión muy de cara al turismo, en un espíritu extensivo a los 39 restaurantes que existen en esa parte de Cuba (La Habana Vieja, con 4,5 kilómetros cuadrados).
Los intercambios favorecieron la conjugación de las tradiciones con las exigencias del mercado, y adecuar los servicios culinarios al mundo, pero respetando las recetas tradicionales.
Variedad y presentación son dos palabras claves para este giro, aprovechando los productos de la Isla, las recetas tradicionales y adecuándolo en formas que respeten la necesidad de comer de manera saludable, pero dentro de la tradición. En una síntesis el mensaje de los debates apuntó a comer a lo cubano, pero con sabores y olores que cautiven y preserven la salud y el gusto internacionales.