Reglas claras
5 septiembre, 2011
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El sector turístico dominicano ha elevado su voz al unísono para denunciar los constantes atropellos fiscales a que es sometida la industria sin chimeneas. Es contradictorio que mientras por un lado se realizan esfuerzos para empujar al turismo dominicano hacia su consolidación, por el otro se apliquen medidas económicas que golpean directamente a este importante renglón productivo. Los altos impuestos que gravan el combustible de los aviones se han convertido en un trago amargo que atenta con la llegada de turistas al país debido a que muchas aeronaves se desvían para abastecerse de combustibles en otros destinos…
El sector turístico dominicano ha elevado su voz al unísono para denunciar los constantes atropellos fiscales a que es sometida la industria sin chimeneas. Es contradictorio que mientras por un lado se realizan esfuerzos para empujar al turismo dominicano hacia su consolidación, por el otro se apliquen medidas económicas que golpean directamente a este importante renglón productivo. Los altos impuestos que gravan el combustible de los aviones se han convertido en un trago amargo que atenta con la llegada de turistas al país debido a que muchas aeronaves se desvían para abastecerse de combustibles en otros destinos.
Ante esta perturbadora realidad, Asonahores ha advertido al Estado dominicano que si no se despeja la incertidumbre fiscal que arropa al sector turístico se estaría preparando el terreno para la pérdida acelerada de la competitividad de la industria turística local. Reglas claras es lo que pide el renglón empresarial vinculado al turismo. La implementación de normas administrativas y decretos que contradicen lo establecido por leyes son factores que lesionan el flujo de capitales a este elemental sector económico.
¿Será que existe la intención de beneficiar a otros destinos turísticos alternativos a República Dominicana? Tantos desaciertos en contra del turismo dan la sospecha de que alguna mano extraña quiere opacar el brillo que por años ha exhibido el turismo dominicano. ¡Ojalá que esta versión no se corresponda con la realidad!
