Tragedia aérea en Colombia envuelve secuencia de errores

La delegación del club de fútbol Chapecoense debió llegar el lunes en la tarde a Colombia procedente de Sao Paulo en una aeronave Airbus 320 fletado, sin embargo una desaprobación de la autoridad aeronáutica brasileña tuvo que hacer escala en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) y embarcarse allí en un avión que, hoy se sabe, tiene una autonomía de vuelo limitada.

La Agencia de Aviación Civil (ANAC) de Brasil desautorizó la partida del Airbus de ese país para cumplir el trayecto directo hasta Medellín, lo que obligó a la delegación a utilizar un Plan B, según publica la agencia internacional de noticias EFE.

La aeronave los condujo hasta Santa Cruz de la Sierra para fletar otro avión de la empresa de chárter Línea Aérea Mérida Internacional de Aviación, una compañía anónima de capital venezolano nacida en 2009 en el estado de Mérida, aunque opera desde Bolivia.

Las leyes aeronáuticas establecen que los vuelos privados deben tener matrícula del país desde el que se parte o al que se llega. Horas después, partieron desde el Aeropuerto Internacional Viru Viru, de Santa Cruz en un avión que data de los años 90, un RJ100.

El avión siniestrado estaba al mando del capitán Miguen Quiroga. Expertos en seguridad aeroportuaria consultados no se explican cómo esta aeronave fue empleada para cubrir la distancia de 2,265 kilómetros aproximadamente que separan a Santa Cruz de la Sierra y el Aeropuerto José María Córdova de Medellín, situado en el vecino municipio de Rionegro.

Es casi la misma autonomía de vuelo que tienen los RJ, como el siniestrado hacia las 22.00 hora local del lunes (03.00 GMT del martes) a pocos kilómetros de su destino, en el cerro El Gordo.

Hace unos veinte años aviones como estos fueron devueltos a su fabricante por la extinta compañía aérea SAM (Sociedad Aeronáutica de Medellín).