Viajar con niños, experiencia enriquecedora que no debe ser estresante
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25 junio, 2018
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Hacer turismo en familia da a los padres la oportunidad de pasar tiempo de calidad con los pequeños de la casa, pero también puede provocar ansiedad y nerviosismo.
Los viajes son una experiencia reveladora para los niños de cualquier edad, pero a sus padres suelen generarle dudas y nerviosismo. Los expertos en turismo proponen una serie de medidas para unas vacaciones en familia sin estrés.
”Los niños pueden viajar prácticamente desde que nacen, incluso en avión, y la mayoría de las aerolíneas permiten subir a bordo a los bebés a partir de que cumplen las 48 horas de edad”, comenta a Efe Laura Amoretti, directora comercial de lastminute.com group, especialista en viajes “online”, según Diario Libre.
De acuerdo con la experta pensar en cómo tolerarán los pequeños el trayecto hasta el lugar de destino, en cómo dormirán en un lugar distinto al hogar o en cómo se adaptarán a los cambios de horario si se viaja lejos, son algunas de las principales causas de dudas y estrés para los padres. Sin embargo, afirma, con un poco de preparación previa y siguiendo unos consejos sencillos todo sale bien.
“El mejor consejo que se puede dar a una familia que va a viajar junta es que no pierda la ilusión por descubrir el mundo, y que disfruten de cada minuto, incluso desde antes de decidir el destino. Viajar con niños es una experiencia maravillosa que enriquece a toda la familia, sin importar la edad”, dice Amoretti.
La especialista en viajes recomienda pensar en el sinfín de vivencias positivas que aporta viajar con sus hijos y en el tiempo de calidad que ganarán descubriendo el mundo, todos juntos.
Cuando se compartan viajes vacacionales prolongados como los veraniegos es muy importante que los niños adquieran rápidamente una rutina, tanto en el caso de bebés, como de los más mayores.
“Por eso, aunque las vacaciones inviten a veces a dejar de lado los horarios y aprovechar al máximo las horas del día, cuando se viaja con menores es aconsejable establecer al menos unas horas fijas para las comidas”, recomienda esta experta.
En el caso de niños de entre los 5 y los 14 años, se puede aprovechar el viaje para que hagan inmersión cultural, añade.
Para Amoretti, jugar en los parques con otros niños, establecer contacto con otras familias del mismo hotel y de distintas procedencias, a la vez que practican idiomas, ayudará a los niños más mayores a abrir su mente y aceptar las diferencias culturales.