Los retos de Santo Domingo para venderse como destino de playa

El reciente anuncio hecho por el Ministerio de Turismo con relación a que readecuará el municipio de Boca Chica, al este de la capital, para convertirlo en un destino turístico inigualable en la República Dominicana, ha alentado la idea de que Santo Domingo pueda venderse en el futuro como un nuevo destino de playa.

La visualización de Santo Domingo como destino de playa cobra mucho más fuerza por el hecho de que en el país se están ejecutando importantes obras de infraestructura vial como es el caso de la Autopista Circunvalación en San Pedro-La Romana, que se estima esté lista para el próximo 20 de noviembre, lo que sin duda será un factor clave para traer más visitantes a la capital dominicana.

Otro elemento que alimenta la idea de que se pueda convertir a Santo Domingo en un destino de playa, tiene que ver con el ambicioso proyecto turístico que ha anunciado Frank Rainieri, presidente del Grupo Punta Cana, en sociedad con la familia Rizek y el Grupo Selman para desarrollar un proyecto turístico en la zona de Los Corbanitos, Baní, al oeste de Santo Domingo, el cual podría generar en los primeros dos años unos 5,000 empleos y elevarlo a 20,000 en siete u ocho años, y que tendría una puerta de entrada natural el aeropuerto capitalino.

Por la proximidad también del municipio de Boca Chica con el Aeropuerto Internacional Las Américas unido al proyecto que ha anunciado Rainieri en Baní se podría generar una importante demanda en esa zona por parte de los turistas que llevaría a que en el exterior pudiera venderse la capital como destino combinado con playas.

Sin embargo, ante todos estos factores sale a relucir el hecho de que Santo Domingo no cuenta con la oferta de playas suficiente, lo cual es una gran desventaja, incluso de acuerdo con Juan Lladó, especialista en materia turística, para suplir esta necesidad se planteó hace décadas la creación de playas artificiales en el litoral capitalino. “Durante la gestión de Peña Gómez como síndico (1982-1986), ese proyecto estuvo muy sobre el tapete. La intención entonces era dotar a la ciudad con una opción atractiva de recreación para la población, además de atraer el turismo extranjero”, comenta Lladó en un artículo suministrado a arecoa.com.

“Las playas son el gran caramelo de nuestro turismo. Pero nuestra capital no las tiene, lo cual es una gran desventaja en el mercado turístico. Si esta situación pudiese cambiar en el mediano plazo, Santo Domingo se convertiría en el segundo más importante polo turístico después de Bávaro-Punta Cana”, explica Lladó.

En 2010, se visualizaron tres playas que estarían ubicadas en Güibia, frente al restaurante Vesubio. Puesto que las aguas del lago no serían contaminadas por las corrientes del Ozama, las actividades recreacionales acuáticas serían factibles, incluyendo el baño. Sin embargo, esos proyectos quedaron en el limbo jurídico, aunque aprobado por el Congreso, el Poder Ejecutivo desistió de estas obras.

Será el tiempo que se encargue de demostrar si será posible tener más playas en Santo Domingo, con proyectos del nivel de los que ya se anunciaron hace años.