Turismo costarricense busca proteger la flora y la fauna

El pasado 2 de octubre se aprobó en primer debate el expediente Nº 17.054, que modifica la actual Ley de Conservación de Vida Silvestre. Entre los principales cambios está la prohibición de este tipo de caza, y solo permite la de subsistencia o para el control de especies, así como la pesca deportiva. En el 2011, el 43% de quienes ingresaron por el Aeropuerto Juan Santamaría indicaron haber realizado actividades relacionadas con la observación de flora y fauna, mientras que por el Aeropuerto Internacional Daniel Oduber fue de alrededor del 41%, de acuerdo con datos suministrados por la Cámara Nacional de Turismo (Canatur).

Si se aprueba de manera definitiva la reforma que prohíbe la caza deportiva, opinaron representantes del sector, los turistas extranjeros tendrán un motivo más para elegir a Costa Rica como destino para vacacionar, pues esta acción reafirma la imagen de sostenibilidad del país. No obstante, 11 diputados solicitaron una consulta facultativa a la Sala IV, por lo que hasta que la entidad se pronuncie si hubo o no vicios en el proceso, el proyecto no podrá seguir la ruta de la aprobación en segundo debate.

Juan Carlos Borbón, gerente general del Instituto Costarricense de Turismo (ICT) explicó que  «La caza deportiva no puede enmarcarse dentro de los que promovemos como país y el ser el primero en la región en prohibir esta actividad, refuerza sin duda alguna, el modelo de desarrollo turístico sostenible que impulsamos como nación, con la sostenibilidad como baluarte y elemento diferenciador del país».

Para el cumplimiento óptimo la Ley se debe acompañar de educación en cuanto a la conservación de los recursos naturales. «La sostenibilidad es el eje fundamental de la actividad turística y por esto, debe promoverse la educación y concientización desde las aulas y en cada empresario turístico, para que el país consolide la visión de desarrollo sostenible» agregó Borbón.

Una posición similar presentó Juan Carlos Ramos, presidente de Canatur, «Representa un fortalecimiento de la imagen de Costa Rica a nivel internacional como un país protector de la vida silvestre. Es una decisión que va acorde a la imagen que proyecta Costa Rica como destino turístico».