Se va Iberia… ¿Y mañana…?

Naturalmente que Iberia no suspende sus vuelos a Uruguay por los paros y huelgas a los que tan acostumbrados nos tienen los gremios aeroportuarios, no obstante lo cual el anunciado abandono de las operaciones aeronáuticas en el Aeropuerto Internacional de Carrasco estimula a poner la carreta delante de los bueyes, para referir el desmadre laboral imperante ciclo a ciclo vacacional y veraniego en los aeropuertos del país.

Caos acicateado por autoridades aeronáuticas timoratas, imposibilitadas de disponer y de cumplir con sus trabajos como Dios manda, subordinadas y acogotadas hasta sacar la lengua a un poder político profano en la materia y avasallante, con el agregado fatal de ministerios despreocupados y omisos en el cumplimiento de sus funciones específicas, que van y siguen yendo de promesa en promesa, año a año, engañando una y otra vez a los sindicatos del aire. Ya lo hemos dicho», como sentencia, drástica, Serena Giordano.

Este pandemónium alentado por la incapacidad resolutiva de ministros y jerarcas de la administración pública, se tradujo en frecuentes medidas gremiales que afectaron incontable cantidad de vuelos en perjuicio directo de miles de pasajeros en los aeropuertos de Carrasco y Punta del Este, y obviamente que también a las aerolíneas que operan vuelos en el Uruguay.

Al conflicto endémico de los controladores se sumó el de los funcionarios de la aviación civil, que con medidas gremiales demoraron la trasmisión de los planes de vuelos, hechos puntuales que provocaron prolongados atrasos y cancelaciones a granel.

No debe obviarse, porque también incidió en todos los servicios aeroportuarios descarriados, el conflicto de los funcionarios de meteorología, que en la instancia de agosto, si bien no afectó directamente a los aeropuertos, encarrilaba en el futuro inminente no suministrar información del tiempo, situación, ésta, que hubiese aparejado la inmediata paralización aeroportuaria.

De cajón debió preverse que este sostenido carnaval a tambor batiente colocaba al país en el borde de quedarse sin control de tránsito aéreo, circunstancia que trascendió al mundo de la mano del periodismo, y que amenazó directamente el sobrevuelo de los aviones comerciales.

Y aquí tenemos a la madre del borrego; al cangrejo debajo de la piedra, al peludo de regalo que nos obsequió la incapacidad directriz. Señores: ¡hartaron a las compañías aéreas!

Ayudaron a la debacle, al punto que suman decenas las personas informadas que sabían que las compañías aéreas, en sus casas matrices, seguían y siguen atentamente los conflictos y sus consecuencias, pulga en la oreja que debe haber incidido en quienes han resuelto la suspensión de las operaciones de Iberia en el Uruguay.

El artículo completo sobre la retirada de Iberia de Uruguay en diarioenfoques.net