Estrategia turística
11 mayo, 2012 Por Javier Noguera
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“Alianzas estratégicas”, “socios comerciales”, “empoderamiento comunitario”, “planes de desarrollo integral” y otros términos más, son comunes escuchar y leer para lograr de alguna manera el desarrollo de una comunidad.
Pero en el caso que nos ocupa, ya es bastante frecuente estos términos cuando observamos como diversas organizaciones nacionales y/o internacionales, entidades gubernamentales, etc. van mostrando sus intenciones de darle ese impulso que siempre la actividad turística parece necesitar.
Y decimos que “parece necesitar” obedece básicamente porque a pesar del esfuerzo de humano y económico que realizan, aun el mensaje de “cuidar al turista” no llega a quienes de manera directa tienen el contacto con esas personas que luego de tomar un decisión desde sus hogares a miles de kilómetros del destino, optan por realizar el viaje e invertir en sus vacaciones los ahorros que durante un tiempo ha ido destinando para tal fin.
En el caso de la República Dominicana, puede resultar preocupante, el que luego que se imparten talleres de capacitación, cursos, charlas y un monitoreo por un tiempo a guías, taxistas y otras personas que reciben al turista al salir del aeropuerto o puerto, todos estos esfuerzos se vayan por la borda porque simplemente una de estas personas comete una imprudencia al abordar de manera temeraria al turista o que lo pueda engañar con los precios por los servicios que brinda, etc.
El caso es bastante preocupante, ya que con tan solo un caso que pueda ocurrir, el país completo obtiene un mal comentario en internet y este se propaga como pólvora, afectado por consecuencia la industria de la cual, la misma persona que pudo engañar al turista depende directamente.
La actividad turística es muy frágil y volátil, la República Dominicana y ningún país puede darse el lujo de que personas ajenas a brindar un servicio de calidad, afecte el mercado.
Es necesario desarrollar una conexión de mayor concienciación con quienes tienen en sus espaldas el futuro directo de la actividad turística en el país.
Los trabajos que han desarrollado en los Clusters Turísticos a través del Consorcio Dominicano de Competitividad Turística –CDCT- son más que loables. Diversas empresas privadas así lo han entendido al igual que las comunidades que han visto un beneficio directo en la aplicación de programas de capacitación y aprovechamiento de sus recursos para el desarrollo sostenible de las mismas.
El reto es inmenso, no se puede permitir que cada personas piense de manera aislada por su beneficio efímero, así jamás logrará mantener un flujo de recepción de turistas en lo que hasta este momento puede considerar su principal fuente de vida.
Es necesario e imperante que la integración de las comunidades con la orientación de instituciones y organismos gubernamentales apliquen acciones que beneficien a todos y de esa manera pueda fortalecer mas la actividad en todo el territorio nacional.