A casi un año del cierre ex empleados de Pluna están maniatados para lanzar nueva aerolínea

Ha pasado casi un año desde el cierre de la aerolínea bandera uruguaya Pluna, hasta el momento, por más intentos y esfuerzo hecho por los extrabajadores de la quebrada empresa, los sueños de echar a volar una nueva aerolínea, han quedado frustrados.

Entre promesas de apoyo y prestamos, los aviones Bombardier siguen parados en Carrasco a la espera de que algo acabe de definirse.

El coordinador de la central sindical, Marcelo Abdala, flanqueado por la cúpula del gremio de la ex Pluna, afirmó que “Puede haber aspectos, dificultades o cuestiones técnicas, pero lo central es que tiene que haber voluntad política”.

Los trabajadores plantean que en junio el gobierno debería otorgar el préstamo del Fondo de Desarrollo (Fondes), equivalente a US$15 millones, y disponer el uso de los siete Bombardier CRJ 900, según el portal América Economía.

De no recibir el dinero en el correr de este mes, los trabajadores temen perder la temporada de verano. El nuevo plan de negocio establece un comienzo progresivo de las operaciones. En vez de utilizar los siete Bombardier, usarían cinco, con 350 funcionarios, para cubrir frecuencias de las rutas a Buenos Aires, otros destinos de Argentina y Brasil.

El cálculo del gremio implica que luego de tener los US$15 millones comenzaría a montarse la empresa y luego, a fines de agosto o principios de septiembre (a más tardar), la compañía empezaría a vender pasajes para la temporada de verano.

Cuando Pluna estaba activa, la zafra estival hacía repuntar las operaciones de la aerolínea. Los ex trabajadores calculan que puede ser un impulso empezar en esta época. En caso de que el gobierno dilatara la decisión de darle el préstamo y los aviones, la nueva aerolínea demoraría el comienzo de la venta de pasajes para octubre, lo que pone en riesgo la viabilidad de comercializar boletos.

“Queremos comenzar a existir”, explicó un dirigente del sindicato. Para ello, también la Dirección Nacional de Aviación Civil e Infraestructura Aeronáutica (Dinacia) debe otorgar los permisos correspondientes.

El sindicato tiene previsto también solicitar un permiso provisorio para volar a destinos del exterior, mientras el organismo rector del mercado aeronáutico termina de certificar a la nueva empresa y los aviones.

El gobierno, en tanto, solicitó informes jurídicos al exterior para determinar el peligro de embargo de los aviones en el exterior, por reclamos de deudas que dejó la ex aerolínea de bandera. Hasta tanto no quede despejado ese asunto, el Fondes no dará el préstamo, expresó el asesor presidencial Pedro Buonomo.

Sin embargo, hay voluntad tanto del gobierno como del sindicato de sustituir los aviones por otros Bombardier CRJ 900 o 700, aunque se intentará evitar ese extremo. En ese caso se ahorrarían certificaciones y capacitación de pilotos. Esa sería la única forma de evitar definitivamente posibles embargos en el exterior.

Para utilizar las aeronaves que eran de Pluna, la nueva empresa debe negociar con el gobierno y el fideicomiso que administra los bienes de la ex aerolínea. El plan de negocio propone tener dos años de gracia en el pago de los aviones. Plantea pagar US$137 millones en diez años a partir del tercer año de ejercicio.