Se estanca el proyecto de ex empleados de Pluna

El plan inicial de empezar a volar desde abril los siete aviones Bombardier de los cuales el Estado es garante, quedan suspendidos hasta que el sindicato de extrabajadores de Pluna, logren concretar todos los requisitos para obtener los permisos.

Entre estos temas se encuentran  la certificación de la Dirección Nacional de Aviación Civil e Infraestructura Aeronáutica (Dinacia), la financiación por parte del Fondo para el Desarrollo (Fondes), una línea de crédito de un banco local y asegurarse los horarios para poder volar hacia destinos de la región, de lo cual, poco se ha logrado.

Requiere de un largo y complicado trámite, que el gremio inició en enero, pero que deber transitar caminos ineludibles. Además de cumplir con características estructurales y de seguridad, la nueva empresa debe aguardar a que los técnicos completen el mismo trámite en cada uno de los destinos adonde la compañía piensa establecer una base.

En la última versión del plan de negocios el sindicato proyectaba hacerlo en Buenos Aires, Córdoba, San Pablo, Porto Alegre, Río de Janeiro, Santiago de Chile y Asunción. Cada país debe aceptar esa certificación para permitir que aterrice en sus aeropuertos.

Es por esto que la fecha de inicio fue retirada del plan debido a estos contratiempos porque la decisión no depende del gremio de trabajadores, en tanto ayer miércoles 27 de febrero, se cumplieron dos meses de aprobada la ley que habilita al gobierno a negociar con los exempleados la creación de la compañía.

Justo cuando se consumió un tercio del tiempo establecido para comenzar a operar, la certificación de Dinacia deberá esperar “unos meses”, explicaron algunas fuentes del sindicato y del gobierno al diario El Observador.

La semana pasada, el organismo estatal que financia proyectos gestionados por trabajadores (Fondes), y que manejan el asesor presidencial Pedro Buonomo y el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Gabriel Frugoni, se comprometió a coordinar un nuevo encuentro con los trabajadores para definir el préstamo de US$15 millones, que deberá ser devuelto en un plazo de dos años.

De todos modos, esa financiación –que aseguraría a la compañía comenzar a volar– se da como un hecho, ya que se trata de una decisión política del gobierno ya comprometida. El Presidente José Mujica expresó en noviembre de 2012 que se le jugaba por los trabajadores, y el secretario de la Presidencia, Homero Guerrero, explicó días después que se trata de una apuesta “ideológica”.

Los trabajadores negocian de forma paralela una línea de crédito por US$15 millones con dos bancos que operan en Uruguay. Quieren tener disponible ese dinero para cualquier contingencia en los dos primeros años de gestión.

Por otra parte, queda pendiente la negociación con el fideicomiso que administra los bienes de Pluna, para poder utilizar los aviones. El sindicato quiere tener dos años de gracia antes de comenzar a pagar los aviones, pero en el Poder Ejecutivo no están dispuestos a ceder.

Sin embargo con el tiempo en contra faltan muchos cabos por atar, como definir las rutas que operaran tomando en cuenta el acuerdo con mantener las mismas frecuencias que tenia Pluna con Argentina. Negociar una contragarantía por si el negocio no marcha, sería otro de los puntos a trabajar.

Pretender además redefinir los espacios, la reingeniería de puestos y tendrían a un extranjero en la gerencia general. En cuanto al aspecto comercial, el sindicato piensa potenciar la relación con las agencias de viaje para vender pasajes, aunque mantendrá la plataforma por Internet.