Fallos que comete Pawa Dominicana y que les son ajenos

A ritmo de hormiga, paso a paso, pero lo cierto es que Pawa sigue creciendo. La aerolínea con base en Santo Domingo abre rutas y se consolida sin prisa pero sin pausa. Sigue teniendo carencias pero no todas ellas son achacables a la propia Pawa, que los tiene, como el resto de las compañías, sino a proveedores externos.

Por ejemplo, Pawa no tiene culpa de que los servicios de atención al cliente contratados en destinos– también en origen– no actúen con la profesionalidad que se les presupone. Los fallos más llamativos se producen en La Habana, aunque también los hay en Las Américas, todo hay que decirlo, pero no tan destacables.

El equipo de La Habana no es la primera vez que imprime tarjetas de asientos que no corresponden con la configuración de los aviones de Pawa. Son los casos de los pasajeros a los que se les asignan tarjetas C en aviones MD que carecen de esta letra: en una fila, están la A y la B y en otra, la D, E y F. En los Boing 737 no habría este problema.

El handling de La Habana es peculiar: cambia a menudo de puerta de embarque, este se hace de forma poco rigurosa, casi siempre en guaguas y muy pocas en fingers… y el despegue se retrasa por problemas derivados de la burocracia. Eso sí, las guaguas o «jardineras» son nuevas, cómodas y refrigeradas…

Precisamente el problema que presenta el servicio de Aerodom en Las Américas es el de las guaguas. Se trata de autocares obsoletos, sin aire acondicionado y nada apropiados para dar servicios a personas mayores o a pasajeros con maletas de mano. La responsable afirma que este problema se solventará en breve.

Cuando Pawa se consolide, cuando genere beneficios y cambie su flota, Pawa puede convertirse en una digna compañía. Y lo que es más importante, en una aerolínea fundamental para el turismo de RD y para los dominicanos, pues Santo Domingo se convertirá en un gran «hub» y se acabará la dictadura de Copa.