Las jorobadas siguen enamorando al turista

La verdad es que República Dominicana es una isla muy privilegiada dentro de la región del Caribe. Es tan variada la oferta que poseemos como país para ofrecerle al turista, siendo lo más importante la cantidad de escenarios naturales que conspiran para ser extraordinaria la experiencia del visitante.

Y no me refiero a las playas y al sol, pues es sabido que los demás destinos también poseen ese recurso, en esta ocasión me refiero al avistamiento de ballenas jorobadas, que cada año emprenden un viaje por el océano  hasta llegar al Santuario de Mamíferos Marinos, bancos de la Plata y la Navidad, en Samaná para enamorar al turista con su presencia.

Estos mamíferos recorren más de 60,000 kilómetros para dar a luz a sus crías en las cálidas aguas dominicanas, evento que para el país es uno de los atractivos más conocidos para atraer turistas durante el mes de enero y hasta principios de abril de cada año.

Es un acontecimiento natural y turístico, que obviamente necesita de la colaboración de los organismos pertinentes como lo son el Ministerio de Turismo (Mitur) y el Ministerio de Medio Ambiente.

Ambos organismos se unen para invitar a la población local y a la internacional a no perderse de la experiencia de observar a estos extraordinarios animales dar coletazos, aleteos o simplemente reposar en las aguas de Samaná.

Al ser un acontecimiento que se realiza cada año, ya el ministro de Turismo, Francisco Javier García, ha declarado en reiteradas ocasiones que las ballenas “son nuestras” y que hay que preservar la especie que es una maravilla de la naturaleza.

Por otro lado, Medio Ambiente también aporta su grano de arena capacitando personas con la finalidad de que la visitación se realice de manera responsable y sostenible. De esta forma, los empleados, técnicos y capitanes de embarcaciones podrán garantizar el cumplimiento de las normativas relativas a la conservación de las ballenas.

Las acciones que realizan ambos ministerios son una muestra del gran valor que se le da al recurso natural que favorece al turismo dominicano. Y que no es para menos, recuerden que la temporada de observación de ballenas dinamiza la economía de toda la zona durante los primeros tres meses de cada año.

Además, como todo en el turismo va en acenso, el pasado año alrededor de 55,519 turistas extranjeros y dominicanos hicieron la excursión para contemplar un espectáculo digno de admirar. Este 2017 se espera que esa cifra aumente.