Ganan terreno en RD los hoteleros vacacionales no españoles

La inversión hotelera no española está creciendo con fuerza en la República Dominicana, destino en el que inversores de la industria de la hospitalidad procedentes de Norteamérica, Centroamérica, Venezuela y del propio mercado local, están lanzados a emprender proyectos de gran envergadura, ganando así terreno a los grupos españoles que durante décadas han erigido sus grandes emporios en el país.

Uno de los casos que revela la ofensiva de empresas turísticas no españolas en Dominicana, es sin dudas el de Apple Leisure Group, que capitanea el mexicano Alex Zozaya. Con su cadena hotelera AMResorts el grupo turístico ha logrado en lo que va de año tres nuevos acuerdos de gestión de hoteles en el país, elevando así hasta 5,000 habitaciones su inventario para 2016 en RD.

En adición a lo anterior, Zozaya ha revelado recientemente que “la isla sigue siendo un destino muy popular, y nuestra reputación establecida y exitoso historial de rentabilidad en la región seguirá alimentando nuestro crecimiento agresivo en todo el Caribe y más allá”.

A nivel local sigue siendo todo un fenómeno la expansión del Grupo Puntacana, que preside Frank Rainieri, en vista de que tras su consolidación en la hotelería y la industria aeroportuaria en la región Este del país, el grupo desembarcará dentro de poco en Baní, con el proyecto de Los Corbanitos que han denominado Puntarena.

En el ámbito aeroportuario su pujanza queda demostrada con el creciente volumen de turistas que atienden, representando esa cifra en lo que va de año más del 66% de total de visitantes que ha recibido la República Dominicana. Mientras contempla entrar en asociación con otras empresas en la gestión de un importante aeropuerto de Jamaica.

La familia Fanjul es otro ejemplo del terreno que están ganando las marcas hoteleras de capital no español en el país. Estos cinco hermanos tuvieron que emigrar desde su natal Cuba a Estados Unidos con la llegada del régimen castrista, pero esas circunstancias no apagaron su ánimo de abrirse paso en la industria azucarera y de la hotelería en República Dominicana. El éxito y el prestigio que exhibe hoy el complejo de Casa de Campo Resort, es precisamente el resultado de la activa apuesta de los Fanjul por el turismo de lujo en este país.

El turno le toca ahora al multimillonario venezolano Gustavo Cisneros, quien está enfocado en echar adelante el megaproyecto Tropicalia en las proximidades de Miches. Con ese objetivo por delante la Organización Cisneros se ha aliado a Four Seasons, cadena que abrirá el primer hotel de los diez establecimientos de alto estándar que acogerá el proyecto Tropicalia. La apertura del primer complejo en sociedad con Four Seasons y el campo de golf Tom Doak, está programada para el 2016.

Las grandes marcas turísticas canadienses también quieren aprovechar la oportunidad de expansión que brinda la hotelería dominicana, es por ello que el Grupo Sunwing con su cadena hotelera Blue Diamond ya cuenta con tres establecimientos en la región Este del país, teniendo actualmente más de 1,300 habitaciones en el país. Esto desvela que el dueño de Sunwing, Colin Hunter, y su hijo Stephen Hunter, están decididos a ganar terreno con su integración vertical en el mercado dominicano.

El empresariado local también va por una mayor porción del pastel turístico dominicano. La familia Vicini, con su interés en desarrollar la hotelería Boutique; la cadena Amhsa Marina Hotels & Resorts que preside Luis López, y Viva Wyndham Resorts, que tiene como vicepresidente a Rafael Blanco Canto, al igual que los Lama con el hotel Sheraton, son evidencias palpables de cómo se mantiene el interés de empresarios dominicanos por el turismo.

La familia salvadoreña Poma que construye el Real Hotel Intercontinental Santo Domingo, de unas 227 habitaciones, en la céntrica avenida Winston Churchill, es otra muestra de que los hoteleros no españoles están decididos a conquistar el mercado dominicano.