Afectaría a la cadena de valores que componen la industria turística

El turismo dominicano se enfrenta a la presión de nuevos impuestos

El aumento de los costos operativos se transfiere directamente a los turistas

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16 octubre, 2012 Por Javier Noguera Deja un comentario

La complejidad del sector turístico va más allá del simple hecho de la llegada de turistas a un destino para disfrutar y descansar unos días, lejos de sus lugares de origen.

Cierto es que diversos países dependen de la industria turística para su desarrollo, y así es la realidad de la mayoría de las islas del Caribe, y de algunas ciudades costeras del Caribe centroamericano, desde Panamá hasta México.

El turista como ente generador de una dinámica en la economía de estos destinos, es en ocasiones muy vulnerable y además maltratado por la serie de impuestos que se le cargan, en lo que debería ser su válvula de escape a un costo razonable y no que se le transfieran los costos operativos de la agencia de viajes contratada, la línea aérea, el touroperador, el hotel y los aeropuertos o puertos que utiliza de entrada y salida.

Desde hace años el tema del alza de los impuestos es muy regular en México, Colombia, Argentina, y países caribeños como República Dominicana.

Sin embargo cuando un turista ha planificado por un año las vacaciones de su vida junto a su familia y por razones totalmente ajenas a él, encuentra que el destino al cual tenía planificado viajar, ha subido las tarifas a pagar porque en un principio, el combustible que utilizan los aviones han aumentado y por consiguiente las aerolíneas aumentan los precios de los ticktes aéreos, amén de los impuestos que a estos se les aplican, que doblan en cantidad hasta el mismo precio del ticket.

El turista, se encuentra por igual, que el hotel donde se alojaría, ha elevado sus tarifas a raíz de un alza de impuestos en los rubros de televisión por cable, alimentos, inmobiliario, además del alza de combustibles y energía eléctrica entre otros componentes que forman parte de la cadena de operación,.

Ante esta situación, el turista opta por otro destino más económico y que no les transmita todos los gravámenes fiscales a los que la economía local está exigiendo de manera directa e indirecta al sector turístico.

Y ese es precisamente el gran riesgo que corre la República Dominicana con el proyecto de la reforma fiscal que se planteará al poder legislativo.

El Ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Temístocles Montas,  afirmó hace unos días, que el proyecto de reforma fiscal no afectará el sector turístico, pero al parecer y es la posición de analistas, expertos y personas relacionadas con el sector que esto es totalmente falso.

Tan solo pensar como se afectará la cadena de valores que componen la industria de turismo dominicano, hace pensar de que manera como no lo hará, cuando con todas las rubros que se incluyen en el proyecto estarán gravados directamente lo que se traducirá a un aumento en las tarifas de servicio que los turistas consumen, amenazando que descienda el flujo de ingresos de viajeros extranjeros al país o dejen de contratar servicios de ofertas complementarias, afectado miles de negocios y por consiguiente incrementando el desempleo que se puede presentar y así por igual merma el desarrollo de la familia, de las comunidades y de la misma actividad como tal.

Hay que ser cuidadoso cuando se dice que “no afectará al turismo” si no se tiene en cuenta elementos como estos que componen parte de la industria turística y que difícilmente aporte a la idea que se ha planteado de lograr la llegada de 10 millones de turistas en 10 años en la República Dominicana..

El reto por superar una crisis económica, no se combate con transferir las fallas de una administración a sectores que son vulnerables y vitales para el desarrollo de una nación.

 



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